La idea de empresa es el producto o servicio que quieres
proporcionar al mercado. Esta idea puede ser intuitiva o forzada.
Debemos anticiparnos al mercado e innovar para darle al
consumidor lo que quiere, que en definitiva es nuestro objetivo (si nuestro
producto interesa al público y lo compra, nuestro negocio va bien).
La idea de empresa no sólo la podemos aplicar a una empresa
nueva, también nos sirve para una empresa que ya lleva años en marcha y quiere
lanzar productos nuevos al mercado, como adaptarse a los cambios en los hábitos
de los consumidores, nuevas tecnologías, abrir nuevos campos, etc.
Es muy importante concretar y definir nuestra idea de
empresa de la forma más precisa posible. Es decir, debemos empezar por hacer
una descripción detallada del producto y/o servicio que queremos introducir en
el mercado.
Una vez que tenemos totalmente claro todos los aspectos
relacionados con el producto y/o servicio, también sería una buena idea saber
si nuestro producto cubre una nueva necesidad, ya que en principio tendríamos
menos competencia, (aunque la no competencia no existe, ya que aunque no
existiera, se generaría al ver nuestros competidores que la idea funciona).
También debemos pensar en a qué tipo de clientela va
dirigido nuestro producto, (aunque también es cierto que algunas empresas
lanzan un producto pensando en un tipo de clientela y al final ese producto
triunfa en otro tipo de clientela distinta).
Es buena idea analizar a la competencia, ver cómo funcionan,
que tipo de estrategias utilizan e intentar innovar para hacer a nuestra
empresa y nuestros productos más atractivos al mercado, en definitiva,
diferenciarnos de la competencia, ofreciendo algo que el resto no tiene,
marcando así nosotros la diferencia.
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